**** BUENA
¿Qué se puede decir de Los Girasoles Ciegos que no se haya dicho ya?. A mí, personalmente, la película me gustó. Eso, a pesar de que, al principio, se me hizo un poco lenta. La trama, afortunadamente, va ganando, poco a poco, en intensidad hasta llegar al trepidante final. De la cinta, un magnífico retrato de las duras condiciones de vida de una familia repúblicana que, por lo que fuera, no había tenido la oportunidad de exiliarse, durante los primeros años del franquismo, me quedo com su buen guión y el trabajo de los actores sobre todo de uno: Raúl Arévalo.
Por lo que al guión hace, son destacables los coloquios que el diácono, encarnado por Arévalo, sostiene con su superior (José Ángel Egido, famoso por su participación en la añorada Médico de familia). Lleva a la reflexión, asimismo, el hecho cierto de que para el franquismo el matrimonio civil y los bautizos efectuados durante la II República no tuviesen ninguna validez. Se nota la mano de ese genio riojano llamado Rafael Azcona a cuya figura está dedicada, póstumamente, la película.
Lo que llama, no obstante, más la atención es, sin duda, el trabajo de los actores. Si Maribel Verdú está magnífica, lo está aún más Raúl Arévalo cuya actuación roza la excelencia. Tanto es así que si no me dijesen que Arévalo es realmente actor, pensaría que su verdadera vocación es la de ser aprendiz de cura. No cabe mayor credibilidad. Lo realmente difícil en el cine es hacer que la figura de "el malo" le resulte odiosa al espectador y Arévalo lo consigue con creces. Su papel representa fielmente lo que lse conocer como "locura de amor" ya que sólo por lo enamorado que su personaje está del de Maribel Verdú está dispuesto a dejar de lado lo que debería de ser una de las mayores ilusiones para un diácono: cantar misa. Pero no sólo eso. Su enfermedad le lleva a un intento de violación sobre la propia Maribel. Un profano cree que tiene el Goya al mejor actor cogido con ambas manos. Si no se lo dan sería algo increíble. Aunque sólo sea por esta actuación, él lo merece más que nadie. Actuación que bien le puede abrir de par en par las puertas de Hollywood. Podemos estar tranquilos: Javier Bardem ya tiene "sucesor" en la figura de este joven actor apellidado Arévalo. En cuanto al riojano de Baños, Javier Cámara, es el que a mi parecer está más flojo. Se le tona incómodo en un papel que no es el suyo ya que él esta hecho para y por la comedia. Inolvidable su actuación en Siete Vidas. Hay que agradecerle, empero, su esfuerzo. Esfuerzo que le ha merido una justa nominación al Goya al mejor actor de reparto.
La película, que está muy bien ambientada, me ha encantado en definitiva. Aunque no llega a la altura de Mar adentro, es una de las mejores películas que actualmente se han filmado. Merece, sin duda, estar nominada, entre otros premios, a los Goyas 2008 a la mejor cinta y a la mejor dirección. ¡Ójala también se encuentre entre las nominadas al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa!.